Jueves 30 Noviembre
Vamos por tierra y otra vez toca cruzar la frontera… esta vez es más largo y aburrido. La cantidad de papeles que piden es abrumadora!! Menos mal que un chico local se ha ofrecido a ayudarnos en todos los trámites, por supuesto luego se quedara descontento con la suculenta propina que le dimos.
Viernes 1 Diciembre
Por la mañana, sol, mucho sol!! Vamos a desayunar al sitio donde terminaremos llenando nuestros estómagos casi todos los días, en el restaurante Costa do Sol, uno de lo más emblemáticos de la ciudad, en pie desde los años 30 y de una bonita arquitectura Art Decco, como muchos otros edificios de la ciudad.
Una vez estamos desayunados partimos rumbo al norte, en busca de la praia de Macaneta, a unos 35 kms al Norte… encontrar la carretera general termina siendo toda una misión y salir de la ciudad nos lleva casi 2 horas.. y cuando por fin parece que estamos libres para enfilar la carretera nos pasa eso que es tan corriente en Mozambique a los que llevamos matriculas de Sudáfrica, que nos para la “policía”. Cuatro tíos uniformados nos piden el pasaporte e inocentemente se los enseñamos. En unos segundos nos están diciendo que si los queremos de vuelta vamos a tener que pagar, y mucho…Unas buenas negociaciones nos sacaron airosas de este típico tramite mozambiqueño, y por lo que tengo entendido de otros españoles en situaciones similares, conseguimos toda una ganga por nuestros papeles!!
Llegamos al pueblo de Marracuene de donde hay que tomar un desvío por una carretera de tierra hasta la playa. Primero hay que bajar un pequeño desnivel y luego hay que subir el coche en una barca para cruzar un río, el Nkomati. Parecía que nuestro humilde Focus no iba a ser capaz de subir en la barcaza, donde solo estaban subiendo todo-terrenos, pero yo confiaba en el saber hacer local, y con unos ajustes en los pesos de la barca y unas pequeñas maniobras, en unos segundos estábamos dentro.
Por la tarde regresamos al hostal, siempre con los ojos bien abiertos en busca de los cazadores de turistas… cenamos otra vez en el Costa do Sol una buena mariscada y con el estomago satisfecho enfilamos rumbo a la ciudad… de nuevo esas calles que cada día se hacen más familiares, Avenida Julius Nayree hasta el fondo y girar a la derecha en Avenida 24 de Julho, la principal.
Allí paramos en una conocida sala de Jazz, el África bar, pero ni había Jazz ni había nada, así que fuimos a encontrarnos con otros españoles que acaban de llegar. Desde allí, decidimos ir todos juntos al CoccoNuts, el lugar, de moda, pero de nuevo otro desastre!! Así que para la camita.
Sábado 2 Diciembre
Lo primero es ir al mercado de la madera a comprar figuritas, que teóricamente son muy baratas aquí, pero resulta que no es tanto, aun así todos compramos algún recuerdo para llevar a casa. Discutir precios en todas las monedas del mundo es complicadísimo, sobre todo cuando en el propio país hay dos monedas legales en uso, el Meticais, que viene a ser 350 por 1 Rand (9 Rand = 1 Euro) o el Nuevo Meticais, que es lo mismo que el antiguo pero con 3 ceros menos, esas cosas de las inflaciones desorbitadas…
Por la noche, vamos a descubrir una de las grandes atracciones de la ciudad el Mercado de Peixes, donde los locales van a comprar el pescado fresco a unos precios ridículos para los estándares europeos… allí nos plantamos y por menos de 30 euros por cabeza, nos tomamos una langosta cada uno más unos cuantos quilos de navajas, calamares y demás… lo bueno del mercado, son además, las negociaciones, primero por el precio del pescado, luego por la moneda a utilizar, por el tipo de cambio y finalmente con el cocinero, en nuestro caso cocinera y excelente.
Después vamos a un Jam Session, pero yo personalmente hubiera preferido ir a la camita a dormir bien con el estomago bien saturadito de ácido bórico.
Domingo 3 Diciembre
Otra vez sol y calor, que gustito, en Diciembre… es muy difícil hacerse a la idea de que la Navidad esta a la vuelta de la esquina por estas latitudes tan australes…
Obligado desayuno en Costa do Sol y de nuevo rumbo a la Praia do Macaneta. Esta vez encontrar la carretera general es más fácil, y a la policía les resulta igual de fácil encontrarnos a nosotros. Gracias a dios, ya habíamos aprendido algunas cosas, y mi colega Siscu, empleado de la embajada, directamente les enseñó su tarjeta de visita, gracias tío.
Marracuene, barquito y la playa otra vez. El calor es casi insoportable y en el agua se esta de vicio!! Que pena da volver a Johannesburgo, sobre todo pensando que hay que chuparse unos cuantos kilómetros por carretera y que nos queda cruzar la frontera otra vez, con sus trámites y demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario