Después de todas las aventuras por el Congo, llego a mi hotelito, leo un ratín «El Sueño de África» de Javier Reverte, mi compañero de viaje y de horas de vuelo y a las 00.10 me meto en la cama…. Y la cama se empieza a sacudir de un lado a otro... que raro… bueno, al final me duermo y no lo pienso más.
Jueves 23 de Febrero
El jueves por la mañana me viene a buscar mi colega de fatigas y me dice que ha habido un terremoto en Mozambique… ahhh amigo… mi cerebro aún sin despertar hace una rápida conexión entre terremoto-sacudida y llega a conclusiones rápidas y concretas…
Bueno, cuento todo esto porque nunca antes había sentido un terremoto, y vaya, como que me ha hecho ilusión. Una cosa menos que hacer en la vida.
Aquí voy a incluir un comentario del manager del hotel “después del tsunami aquí llueve más” ahí queda eso amigos, para la posteridad, desde Jo’burg, con amor (y dos pelotas…).
Terremotos aparte, nos vamos al aeropuerto. Esta vez rumbo a Richards Bay, un puerto industrial de la costa Este de este gran país. El avión, un turbo hélice de cuando Mandela aún no sabía ni escribir…
Sol y calor en el Índico. Huele a mar. Que gustito. De comida, pescadito. Y aquí, ni Unamuno con este pareado tan bonito! Después de visitar el puerto, a ver la playa, para ver si hay oles, y haberlas, haylas, pero ni medio metro. Así que tentativa surfera abortada. Un par de largos en la piscina del hotel y eso es todo.
Por cierto, el Índico, tal y como lo vi, nada de especial.
Viernes 24 de Febrero
Carretera hasta Durban. El paisaje por el camino son suaves colinas verdes cultivadas con cañas de azúcar y eucaliptos para papel. En Durban, el puerto más grande de África, nos subimos 2 minutos en un carguero que teníamos fletado y de ahí al aeropuerto rumbo a Jo’burg. El avión, un 727-200 que yo creo que en una pegatina ponía : feria de la aviación de 1953….
De vuelta a la ciudad, la idea era cambiar de maleta e irme con los españoles a Maputo (capital de Mozambique, para los despistados) pero entre unas cosas y otras se ha cancelado el viaje. Casi mejor por que estoy un pelin cansadillo de tanto viaje… ya iremos otra vez con más calma! Este finde, traquilin.
Jueves 23 de Febrero
El jueves por la mañana me viene a buscar mi colega de fatigas y me dice que ha habido un terremoto en Mozambique… ahhh amigo… mi cerebro aún sin despertar hace una rápida conexión entre terremoto-sacudida y llega a conclusiones rápidas y concretas…
Bueno, cuento todo esto porque nunca antes había sentido un terremoto, y vaya, como que me ha hecho ilusión. Una cosa menos que hacer en la vida.
Aquí voy a incluir un comentario del manager del hotel “después del tsunami aquí llueve más” ahí queda eso amigos, para la posteridad, desde Jo’burg, con amor (y dos pelotas…).
Terremotos aparte, nos vamos al aeropuerto. Esta vez rumbo a Richards Bay, un puerto industrial de la costa Este de este gran país. El avión, un turbo hélice de cuando Mandela aún no sabía ni escribir…
Sol y calor en el Índico. Huele a mar. Que gustito. De comida, pescadito. Y aquí, ni Unamuno con este pareado tan bonito! Después de visitar el puerto, a ver la playa, para ver si hay oles, y haberlas, haylas, pero ni medio metro. Así que tentativa surfera abortada. Un par de largos en la piscina del hotel y eso es todo.
Por cierto, el Índico, tal y como lo vi, nada de especial.
Viernes 24 de Febrero
Carretera hasta Durban. El paisaje por el camino son suaves colinas verdes cultivadas con cañas de azúcar y eucaliptos para papel. En Durban, el puerto más grande de África, nos subimos 2 minutos en un carguero que teníamos fletado y de ahí al aeropuerto rumbo a Jo’burg. El avión, un 727-200 que yo creo que en una pegatina ponía : feria de la aviación de 1953….
De vuelta a la ciudad, la idea era cambiar de maleta e irme con los españoles a Maputo (capital de Mozambique, para los despistados) pero entre unas cosas y otras se ha cancelado el viaje. Casi mejor por que estoy un pelin cansadillo de tanto viaje… ya iremos otra vez con más calma! Este finde, traquilin.
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